Era un partido especial, un partido de seis puntos. Era un partido que iba a marcar un antes y un después para los dos, un partido importantísimo en la lucha por la permanencia en la categoría. Y el que terminó sonriendo fue Chicago, que dejó atrás una semana muy caliente tras la salida de Walter Perazzo y se quedó con una victoria vital frente a un Defensores Unidos de Zárate que no reacciona y que se mantiene en puestos de descenso en la Zona B de la Primera Nacional.
Consciente de la necesidad de cambiar la realidad del primer semestre, Gastón Lotito, el nuevo entrenador del Torito, trabajó en el aspecto mental y actitudinal para buscar cerrar la primera rueda de la mejor manera y dejar abierta la puerta para soñar con la chance de acelerar en lo que resta del campeonato y luchar por el ingreso al Reducido. Y el carácter fue uno de los puntos clave para entender el 1-0 en Mataderos.
En el pendiente de la fecha 15, Chicago apretó los dientes, impuso condiciones y trató de generar a las espaldas de Martín Caballo. El premio al esfuerzo llegó cerca del cierre del PT, cuando Iván Molinas tiró un gran centro atrás para la aparición de Tomás Rodríguez. Ya en el complemento, la gran cantidad de oportunidades que desperdició para estirar la diferencia hizo que CADU quedara a tiro y que el local sufriera en la recta final para obtener el triunfazo. Toro mío.
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