“Con las tasas de interés en estos niveles es difícil operar para cualquier empresa”, advirtió Martín Rappallini, presidente de la Unión Industrial Argentina, en su participación ante el Rotary Club de Buenos Aires. Las mismas alcanzaron hasta un 70 por ciento anual.
Rappallini valoró los esfuerzos del Gobierno para ordenar la macroeconomía, pero advirtió que ese avance se ve amenazado por niveles de financiamiento que encarecen de forma insostenible el capital de trabajo. “Esperemos que bajen”, añadió, junto con el reclamo de reformas impositiva y laboral que nivelen las condiciones de competencia frente a otros países como Brasil o México, con costos estructurales un 25 por ciento más bajos.
Además, el dirigente que agregó que “los únicos que pueden sostenerse son aquellos que logran trasladar los incrementos a precios». Por otro lado, también alertó que «los que no pueden hacerlo —como los sectores transables que representamos— sufren un impacto directo en sus resultados».
El dirigente recordó que la economía no muestra crecimiento sostenido del empleo ni de la actividad desde hace casi 15 años, y resaltó la urgencia de transitar del orden macro a un impulso real de la producción industrial. El Día de la Industria, previsto para el dos de septiembre, servirá de marco para presentar el nuevo contrato productivo, una iniciativa que la UIA anunció como compromiso con un modelo de país.
La invitación de Milei este año contrasta con su ausencia en la edición anterior, cuando se trataba de la principal cita del sector industrial. Esa decisión había sido recibida con críticas por parte de industriales, que apuntaron a la falta de sintonía entre el Gobierno y el sector productivo.
Pese a algunas mejoras interanuales puntuales, la industria todavía no recupera los niveles previos al cambio de gobierno: en el acumulado enero-junio de 2025, la producción se ubicó un 10 por ciento por debajo del mismo período de 2023, reflejando que la reactivación sigue lejos de consolidarse.