En medio de las tensiones con los bancos por la falta de liquidez y el fuerte apretón monetario con tasas estratosféricas, el ministro de Economía, Luis Caputo, justificó las medidas sorpresivas que tomó en las últimas horas sobre el sistema financiero después de la accidentada licitación de deuda del miércoles, y vinculó la renovación insuficiente de los vencimientos en pesos con el clima electoral.
Caputo explicó que en los casos que no se renueva el 100% de la deuda, el Tesoro lo paga con los pesos que tiene en el Banco Central, sin alterar la base monetaria amplia. Y que si el BCRA entiende que esa operación es un aumento de dinero o de crédito («Punto Anker»), la emisión monetaria no se esteriliza. Pero ahora, explicó, los pesos serán absorbidos debido a un supuesto cambio del escenario político.
«Si la no refinanciación del 100 por ciento de la deuda, no fuera entendida de esta manera por el Banco Central (como es la situación actual, producto del escenario pre-electoral), esos pesos se esterilizarán, ya sea a través de encajes remunerados, no remunerados, u otro mecanismos que el BCRA considere pertinente», dijo el ministro en referencia a las últimas medidas.
Muchas gracias @Hvygens por el comentario, espero sirva la siguiente aclaración:
➡️ El M2 transaccional es un agregado monetario que el BCRA simplemente monitorea, en particular cuando se aparta más de 2 desvíos estándar de su media, con el objetivo de tener un mejor… https://t.co/csdoeH9YLb
— totocaputo (@LuisCaputoAR) August 14, 2025
El Banco Central endureció este jueves fuertemente su política sobre el sistema financiero al subir los encajes (por segunda vez en agosto) y obligarlos a dejar inmovilizados hasta el 50% de sus tenencias en pesos, junto con la aplicación de fuertes controles y multas en caso de que las entidades incumplan la norma. Anoche, también anunciaron una licitación de deuda extraordinaria para el lunes para absorber los pesos.
Las medidas fueron en respuesta a la subasta de deuda de este miércoles, en la que el Gobierno subió las tasas casi al 70%, pero solo refinanció el 61% de los $ 15 billones que vencían esta semana. De esta manera, los bancos mostraron mayor reticencia para renovar la deuda y el Tesoro tendrá que pagarle el lunes casi $ 6 billones en «cash», a menos que opten redirigir los fondos a la nueva licitación.
Caputo empezó a experimentar dificultades para refinanciar la totalidad de la deuda desde fines de junio. En la última colocación del mes, Economía refinanció el 60% de los vencimientos y tuvo que pagar el resto a los bancos, que optaron por quedarse con los pesos en medio del pago de sueldos y el aguinaldo y las dificultades para expandir el crédito privado. Días después, el dólar empezó a acelerarse.
El argumento oficial fue que el Tesoro canceló deuda con pesos ya emitidos, producto del «exceso en la demanda de pesos». Según el libreto del equipo económico, los pesos que se devolvían no generaban inflación porque se había alcanzado el «Punto Anker», que es cuando los bancos incrementan los pesos para financiar el crédito al sector privado, en lugar de destinarlos a bonos del Tesoro.
Para algunas consultoras, la lectura del tuit del ministro es que el Gobierno va a absorber los pesos que no pueda colocar de acá a octubre. «Caputo explicitó que el punto Anker no corre más y que va a esterilizar cualquier excedente de pesos que se registre de acá en adelante. Las condiciones financieras restrictivas van a permanecer hasta las elecciones«, dijo Sebastián Menescaldi, director adjunto de EcoGo.
En la city, no creen que los problemas para renovar deuda sean por motivos electorales, sino porque el gobierno subió los encajes a los bancos para sostener el dólar abajo de $ 1.400. «La suba de encajes es una medida antipática», dijeron en un banco extranjero. «Están escondiendo la verdadera razón, que es no quieren que el tipo de cambio remonte y quieren que escupan dólares», dijo un analista.
Por el acuerdo con el Fondo Monetario, el Gobierno pasó en abril a un esquema de flotación con bandas dentro del cual trata de contener el dólar con la intervención en los futuros y una política monetaria más restrictiva a través de la suba de tasas y los encajes. Pero en julio se sumaron tensiones con la eliminación de las letras LEFI, lo que generó una mayor volatilidad en las tasas y le metió más presión al dólar.