A horas de la marcha universitaria que se constituirá como otro fuerte reclamo al Gobierno, Javier Milei compartió una caricatura que muestra a la expresidenta Cristina Kirchner manejando los hilos de un títere que lleva el rostro del senador radical Martín Lousteau. Asimismo replicó mensajes de cuentas libertarias que buscan desacreditar la movilización que se hará al Congreso para pedirles a los legisladores que ratifiquen la ley de financiamiento a la educación superior con dos tercios en ambas cámaras, cuando el jefe de Estado la vete.
“Marcha meramente política”, escribieron desde la cuenta Milei Shelby, que comparte contenido afín al oficialismo libertario. Y es que el Gobierno plantea que la convocatoria es política y asegura que las cuestiones salariales fueron charladas con las autoridades, algo que desde las altas casas de estudio niegan. El mensaje del perfil de X que replicó el Presidente fue acompañado por el dibujo de Cristina y Lousteau, e incluyó al final de los los hilos un títere, que tiene un cartel que dice “marcha universitaria”, un celular y corresponde a un estudiante.
No fue solo eso. Después Milei no paró de compartir en su timeline escritos de seguidores en la misma línea. “No dejes que te usen, no le hagas el caldo gordo a los corruptos que te dejaron a vos y a tus seres queridos en la peor de las miserias”, decía uno de los posteos, antes de una marcha que se prevé multitudinaria, donde los participantes no solo reclamaran por el veto al financiamiento universitario, sino también por los sueldos docentes, en medio de una paritaria que todavía no llegó a buen puerto.
En esto, el Presidente también replicó un tuit de la cuenta Indignado, con un video del escenario que montaron en el exterior del Congreso. “Miren el tremendo escenario que armaron. Gastaron más de 90.000 dólares, pero te dicen que no es una marcha partidaria, que la UBA marcha porque no tiene presupuesto por culpa de Milei. Que todo el mundo lo vea”, decía, pese a que no se aclaró de dónde salió la cifra que allí expusieron y que se copió en otras cuentas vinculadas al Gobierno.
El mandatario también apuntó contra el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, porque en una entrevista radial no supo precisar el número exacto de fondos que pide la universidad.
Otra cuenta a la que le dio aval Milei fue a la de Escuela Austríaca de Economía, también libertaria, que aseguró: “Recién hablaba con un docente de la UBA y me decía: ‘¿Sabés qué pasa? Los directivos de la UBA han hecho negocios con las facultades. Si vos mirás cómo contratan consultoras, aprueban proyectos, etcétera, la gran mayoría son de ellos mismos y los centros de estudiantes sirven como lavadero de dinero dando becas falsas o becas a estudiantes fantasmas”.
En otro de los mensajes que compartió Milei, la usuaria Natalia Motyl, que se presenta como economista graduada en la UBA, pedía una auditoría a esa universidad para que “encuentren el curro de los radichetas”, en relación con los radicales, que tienen fuerte presencia en la política estudiantil.
Según varios referentes del mundo universitario, desde que empezó esta gestión los salarios docentes y no docentes perdieron entre 40 y 50%. Asimismo, desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) aseveraron que más de 70% de los trabajadores de la educación superior perciben sueldos por debajo de la línea de pobreza.
Por su parte, en el Gobierno dicen que no pueden avalar la ley de financiamiento educativo que salió del Congreso porque va en contra del equilibrio de las cuentas públicas al que se comprometió esta gestión. Alegan, además, que en la marcha “metió la cola la política”, porque el proceso paritario avanza.
La próxima instancia clave será el 7 de octubre, día en que el Gobierno quiere armar un comité técnico de revisión de los sueldos con tres integrantes del CIN y tres de la Subsecretaría de Políticas Universitarias, que conduce Alejandro Álvarez, para intentar avanzar con las negociaciones salariales. La última oferta de la gestión mileísta fue un adicional del 6,8% para octubre, que fue rechazado por los gremios.
LA NACION