jueves, 10 octubre, 2024
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El impresionante hallazgos científico sobre la mente de los pulpos que cambia todo lo conocido

El pulpo Costello podría ser la primera evidencia de que los invertebrados de ocho brazos sueñan, según un nuevo estudio. Este hallazgo surgió cuando científicos identificaron comportamientos inusuales que despertaron su curiosidad y llevaron a reflexionar sobre las capacidades cognitivas de estas criaturas marinas. La investigación dio a conocer sorprendentes similitudes entre pulpos y humanos en la manera en que ambos enfrentan situaciones de estrés, lo que invita a replantear la comprensión de la inteligencia en el reino animal.

Se trató de un estudio realizado por científicos de la Universidad Rockefeller de Nueva York y citado en un artículo de National Geographic, en donde se observó un comportamiento inusual en un pulpo macho de arrecife brasileño, apodado Costello. Una mañana, el equipo encontró al pulpo enroscado en un trozo de tubo de PVC, como si estuviese intentando estrangularlo, lo que generó preocupación y curiosidad.

Al revisar las grabaciones para ver lo que había pasado durante la noche, los investigadores se sorprendieron al ver que Costello parecía estar saliendo de un sueño y adoptando comportamientos defensivos, culminando en la emisión de tinta, un mecanismo habitual de defensa ante amenazas. Estos movimientos anormales hicieron que se piense que el animal estaba recordando “algo estresante” y posiblemente teniendo pesadillas, según expresó Marcelo Magnasco, biofísico de Rockefeller y coautor de un estudio sobre este nuevo fenómeno.

Segundos después de despertarse, cambió de color y comenzó a tomar una conducta agresiva

Luego, los científicos no notaron que el pulpo repitiera las mismas acciones, como moverse de manera agitada, durante el día. Esto deja sin confirmación científica definitiva la posibilidad de que los pulpos experimenten pesadillas, aunque las evidencias continúan siendo analizadas.

“La idea de que los pulpos sueñen es muy convincente”, expresó Tamar Gutnick, experta en pulpos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (Japón), quien no participó en la investigación. Asimismo, opinó que pese a que las pruebas presentadas en este trabajo no son concluyentes, este comportamiento en ellos es posible. Y agregó: “Dado que esta actividad también presenta patrones claramente coherentes que también se observan cuando los animales están despiertos, podrían imaginarse como una repetición, lo que podría sugerir un sueño”.

Estudios realizados en varias especies de pulpo dieron a conocer que estos invertebrados atraviesan diferentes etapas de sueño, lo que sugiere una complejidad cognitiva mayor de la que se creía en relación con ellos. Durante una de estas fases, conocida como sueño tranquilo, el pulpo adopta un color uniforme o pálido, manteniendo una apariencia relajada y estable. En cambio, en otra etapa más activa, su piel comienza a mostrar destellos de patrones y texturas cambiantes.

Los pulpos tienen dos etapas de sueño, según los investigadores

En el marco de estas investigaciones, se observaron comportamientos inusuales a Costello durante su ciclo de sueño. A lo largo de 52 días de grabaciones, se identificaron cuatro episodios en los que él despertaba de manera abrupta y presentaba movimientos erráticos. En uno de estos, el pulpo cambió a un tono rojo intenso, se agitó visiblemente y expulsó una gran nube de tinta. Este comportamiento es característico de las reacciones defensivas que los pulpos exhiben cuando se enfrentan a ataques de depredadores o se ven envueltos en peleas con otros ejemplares, lo que sugiere una posible conexión entre sus sueños y la respuesta a situaciones de peligro.

Por todo esto, los investigadores proponen que los episodios observados en pulpos como Costello podrían indicar trastornos del sueño o pesadillas, posiblemente relacionados con experiencias traumáticas pasadas. Esto resalta la complejidad emocional de los pulpos y deja en evidencia que aún hay mucho por descubrir sobre su sueño y sus reacciones ante el estrés.

LA NACION

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