Inesperadamente, el cine Gaumont se convirtió en tema de debate público y de enfrentamiento entre quienes quieren defender la producción nacional de películas y los que sostienen que es un emblema del sobredimensionamiento del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Y, al parecer, terminó enfrentando a una de las mayores figuras de la televisión con el presidente Javier Milei.
Mirtha Legrand, que antes de animar sus almuerzos y cenas en televisión supo ser una de las máximas estrellas de la pantalla grande nacional, se puso del lado de los que defienden a la histórica sala del barrio porteño de Congreso.
“¿Qué puede costar mantener el cine Gaumont? Es terrible», arrancó diciendo la diva el sábado por la noche en su programa por el canal América.
“Yo fui hace poco y está en espléndidas condiciones, es una lástima. Y lo del Instituto de Cine también. Si hay alguno que robaba, afuera. A ese no se le da más créditos”, siguió La Chiqui, sentando posición en un tema que la aleja de la postura oficialista, con quien ha mostrado más de una simpatía ideológica.
Qué gran gesto sería que Mirtha compre el Gaumont, que éste pase a llamarse Cine GAUMONT-LEGRAND y que proyecte solo películas argentinas. Un hito que la enaltecería a ella, y que contribuiría a cambiar la mala imagen que tienen los argentinos de sus propios referentes culturales https://t.co/co9z7uNm1f
— Julio Burdman 🇦🇷 (@julioburdman) March 17, 2024
El politólogo Julio Burdman escuchó las palabras de la conductora, y lanzó una propuesta novedosa para solucionar el futuro de la sala en conflicto.
«Qué gran gesto sería que Mirtha compre el Gaumont, que éste pase a llamarse Cine GAUMONT-LEGRAND y que proyecte solo películas argentinas. Un hito que la enaltecería a ella, y que contribuiría a cambiar la mala imagen que tienen los argentinos de sus propios referentes culturales», escribió Burdman en su cuenta de la red social X.
La propuesta prendió entre los usuarios de la red, y cosechó una adhesión muy especial: la del propio Javier Milei, que en medio de su profusa actividad en el ciberespacio decidió republicar la propuesta de Burdman, dándole su apoyo explícito.
Queda por ver si el apoyo presidencial hace que la propuesta avance y no quede sólo en una chicana burlona de un usuario de X. O si la misma Mirtha Legrand recoge el guante y ofrece comprar la sala para garantizar su funcionamiento.