El Gobierno da continuamente, señales confusas. Javier Milei había tomado nota de la necesidad de una mayor articulación política con los bloques amistosos en Diputados para frenar las leyes con alto costo fiscal, salvar sus decretos de necesidad y urgencia y garantizar la supervivencia de su primer veto, el que apuntó a la ley de jubilaciones. Pero luego la Casa Rosada retomó la senda de las medidas irritantes para los aliados y volvió a espesar el clima político. Eso fue lo que pasó con el decreto que limitó el acceso a la Información Pública, una norma que restringió una ley que había sido una conquista de la gestión de Cambiemos, allá por 2016.
En esta atmósfera enrarecida, el Gobierno convocó para el lunes al mediodía a la segunda reunión de la “mesa parlamentaria” que el Presidente inauguró hace ocho días y en la que participan diputados de Pro, del MID y legisladores nacionales de La Libertad Avanza. Si bien la convocatoria aún no es formal, interlocutores como el titular de la Cámara baja, Martín Menem, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ya extendieron la invitación a algunos de los diputados. Todavía no está claro si Milei será, o no, de la partida.
El Presidente le había dicho a Mauricio Macri que le pondría el cuerpo a la conducción del oficialismo y sus aliados en el Congreso. Sin embargo, en la Casa Rosada todos reconocen que a Milei nunca le gustó el rol político y no pueden asegurar que el jefe de Estado siga encabezando las mesas parlamentarias.
El jefe de Estado se puso al frente de la primera reunión con los bloques aliados el día que firmó el veto total a la ley de jubilaciones. Les explicó los motivos a los legisladores y les pidió apoyo para que el veto no fuera revertido por dos tercios de ambas cámaras.
Pero en la Casa Rosada van y vienen continuamente con la estrategia política. Pasan de la búsqueda de consensos con los aliados a la confrontación abierta con la “casta”, es decir, con todos los espacios que no son libertarios.
En Balcarce 50 reconocen que se hará cada vez más dificultoso conseguir acuerdos políticos amplios como los que suscribieron para le Ley Bases. Y apuntan, de mínima, a garantizar “el tercio en Diputados” que le permita salvar los vetos presidenciales, a los que consideran una herramienta válida ante la inferioridad numérica de La Libertad Avanza en ambas cámaras.
“La única manera de vetar in aeternum es garantizándonos un tercio de Diputados. Hay que ver la estrategia caso por caso”, reconoció a LA NACION una figura muy importante del Gobierno.
Si bien se buscó ganar tiempo en el Senado, en el Gobierno dan por sentado que será sancionada la ley de financiamiento universitario. “La vamos a vetar”, advertían esta semana en Balcarce 50. Otro de los fantasmas que sobrevuelan la sede presidencial es que, en un clima de fuerte confrontación con el Congreso, Diputados reflote y termine de voltear el mega DNU 70/2023 –el que desreguló múltiples materias- luego de que fuera rechazado por el Senado en marzo.
En esta segunda mesa parlamentaria, el Gobierno encontrará a un Pro mucho más irritado. En el bloque que conduce Cristian Ritondo varios integrantes expresaron su indignación por el decreto 780/2024 que limitó el Acceso a la Información Pública y restringió los alcances de la Ley N° 27.275, que había sido sancionada durante la gestión de Cambiemos. “Es un retroceso”, dijo el bloque en un comunicado. En Pro advertían que la Casa Rosada les debería haber avisado antes de avanzar con el decreto. “Vamos a una reunión y está todo bien. Después hacen un decreto así y no nos llaman antes. No hay un gesto político, no se entiende”, se lamentó un diputado amarillo.
En Pro también generó malestar la conformación de la mesa de “cúpula política”, que Milei inauguró hace dos martes y repitió esta semana. En ese cónclave, que la Casa Rosada mantiene bajo un fuerte hermetismo, están invitados Karina Milei, el estratega Santiago Caputo, Menem, Francos, el vocero Manuel Adorni y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Mauricio y Javier hablaron de conformar un ámbito de confluencia política. Al final lo hicieron, pero sin nosotros”, se lamentó un macrista.
“No se entiende el trato que nos dan. En Pro somos 37 diputados, sin nuestro bloque no van a ningún lado en la Cámara”, cerró.