sábado, 2 agosto, 2025
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Anoche jugó Nela: con fervor, el público celebró a Marianela Núñez en el Teatro Colón

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La bailarina argentina Marianela Núñez, con su partenaire en «Don Quijote», Patricio Revé, saluda al público que la esperaba anoche sobre la calle Cerrito, a la salida del Teatro ColónManuel Cascallar

Eran las once de la noche, la función había terminado una media hora antes y sobre la vereda de la calle Cerrito, en la salida de artistas del Teatro Colón, una multitud esperaba la aparición de una silueta del otro lado de la puerta angosta: la de Marianela Núñez. La bailarina argentina que brilla en el Royal Ballet de Londres confirmaba en pocos minutos la magnética relación que mantiene con sus seguidores: junto con su compañero en el escenario, el cubano Patricio Revé, subió a una improvisada tarima (mesa con rueditas, para dos), avivó los cantos que coreaban su nombre y agradeció el cariño y el apoyo de sus fans. “Del otro lado del océano –les dijo- se siente todo este amor.” Y una cosa más: los citó para el próximo domingo, a partir de las 19.30, cuando ya sin el apuro del descanso necesario para volver a la sala de ensayo a la mañana siguiente, firmará autógrafos en el mismo hall de entrada al término de su segunda presentación de Don Quijote.

Programa de mano y sonrisas, entre las fansManuel Cascallar

Ese fervor popular ya se había hecho notar durante toda la función dentro de la magnífica sala, colmada de espectadores que agotaron entradas el mismo día que salieron a la venta. A cada aparición, los aplausos, y al final del acto, una ovación: cuando un equilibrio cortaba el aire hasta por diez segundos, si un salto la elevaba con el efecto de una explosión y, por supuesto, en reconocimiento al eje de ese giro imparable y preciso, cuya velocidad pareciera regular a su antojo. Pero más allá del sabido virtuosismo que se apoya en una técnica de oro, lo que conecta a Núñez con su partenaire, con los solistas y con todo el cuerpo del Ballet Estable –que, hay que decir, anoche se vio formidable e inspirado- es la interpretación carismática de una historia como esta, por la que cualquiera se dejaría guiar con la sorpresa, la risa y el disfrute de un chico al que le cuentan un cuento de aventuras. Imbuida en el papel de Kitri -un personaje que lleva bajo la piel-, ella transmite cada línea del argumento, pero tiene además infalibles cómplices para hacerlo: del extravagante Camacho de Emanuel Abruzzo, que ni por todo el dinero del mundo logrará conquistarla, al dúo de gitanos de Rocío Agüero y Jiva Velázquez, pasando por el chispeante cupido de Yoshino Horita; Quijote y Panza, dríades y toreros, cada uno en su rol, le hizo honor al lugar que ocupa en esta compañía que está celebrando este año su siglo de vida.

«Don Quijote» es un ballet que Marianela Núñez transitó durante toda su carrera; en su Kitri confluyen admirablemente técnica, carisma e interpretaciónManuel Cascallar

Volviendo a Marianela Núñez, ella es vivaz en el primer acto, delicada en la aparición del sueño del caballero andante, sensual en el bello dúo de amor que abre el segundo acto con un Basilio también admirable. Hay química entre los dos: la argentina encontró en Revé un compañero con el que parece haber bailado siempre, aunque no, este es el debut de ambos como tándem. Tanto que para cuando llega la famosa coda, los dos reparten la cosecha de una noche de puntos altos, plagada de emociones.

Al final, no solo la audiencia y los balletómanos, muchos bailarines profesionales se preguntaban “¿cómo procesar lo visto y vivido?”, “¿quién duerme hoy?”, “¿de qué planeta vino?”, “¿no parece un partido de la Selección?”. Si miran para arriba, tal vez vean colgando de un palco balcón una bandera argentina que recuerda que la popularidad y el ballet también pueden ir de la mano. Ahora mismo, en las redes sociales, el aplauso continúa multiplicado en imágenes.

La química de la pareja protagónica, Núñez-Revé, contagió a todo el cuerpo de baile del Ballet EstableManuel Cascal

Con la sensación de quien vuelve de una fiesta que no dio tregua, y que dejó el corazón henchido y palpitante, más cerca de la medianoche no quedaba más que un alma en la vereda de la manzana histórica que mira al Obelisco. La de Francisca, una chica de 13 años que viajó con su familia desde Bariloche y, al fin, se secaba las lágrimas con una sonrisa: cuando pensó ya que se volvía al sur con las manos vacías, Marianela frenó el auto en el que se alejaba del centro y desde la ventanilla le autografió la punta de raso de su zapatilla de ballet.

Largas ovaciones y aplausos de pie, anoche, al término de la funciónManuel Cascallar

Las funciones de Don Quijote, en versión de Silvia Bazilis y Raúl Candal, por el Ballet Estable del Teatro Colón que dirige Julio Bocca, comenzaron hace una semana y continúan hasta el domingo. Anoche “jugó Nela”, pero hoy lo harán Jiva Velázquez y Camila Bocca, mientras que en la función del sábado el Colón recibirá a otra bailarina argentina invitada, María Celeste Losa, solista de la Scala de Milán, que bailará con el brasileño David Motta Soares, figura del Ballet Estatal de Berlín.

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