Fabiola Yañez denunció este martes, ante al juzgado de Julián Ercolini, que Alberto Fernández la acosa “a diario” por teléfono y la somete a “terrorismo psicológico”. Así quedó reflejado en el fallo del juez Ercolini, que dice que ella afirmó que el hostigamiento sigue hasta la actualidad, que desconfía de su custodia y que pidió medidas de protección.
En el expediente figura que ella declaró que “el presunto agresor se contactaba mediante mensajes telefónicos amedrentándola psicológicamente”.
La exprimera dama le dijo al juez que, en relación con el hijo que comparten, el contacto podía continuarse a través del número telefónico de su “madre, abuela de su hijo, para que aquél pueda conservar dicho vínculo”.
“[Yañez] Fue interrogada acerca de si, en esta oportunidad, deseaba instar la acción penal, a lo que la compareciente manifestó expresamente que a raíz de lo ocurrido, deseaba hacerlo”, dice el fallo de Ercolini. En la audiencia anterior, realizada por Zoom a fines de junio, Yañez le había dicho al juez que no quería denunciar a su expareja.
La denuncia fue hecha por la propia Yañez, sin participación de un abogado. Según fuentes consultadas por LA NACION, Yañez no estaba conforme con la “representación” mediática que hizo durante las últimas horas el abogado Juan Pablo Fioribello, defensor de ella en otras causas, que contó públicamente que ella le había dicho que la violencia física no había existido.
Según el expediente judicial, Yañez expresó preocupación por la custodia policial que tiene asignada. Dijo que se trata de una “persona de confianza” de Fernández y le pidió a Ercolini que disponga medidas para protegerla. El juez así lo hizo.
En el fallo que firmó este martes, Ercolini resolvió: “Imponer a Alberto Ángel Fernández que cese en los actos de perturbación o intimidación que, directa o indirectamente, realice hacia Fabiola Yañez tanto en el espacio analógico como el digital”.
Además de la prohibición para salir del país, Ercolini ordenó librar oficio al Ministerio de Seguridad de la Nación para que arbitre “los medios necesarios para reforzar la custodia dispuesta” para Yañez, “brindando a este juzgado toda la información que posea respecto de cómo se encuentra desempeñando dicha función actualmente”.
La prohibición de acercamiento es en un radio de “500 metros del domicilio en el que ella reside en Madrid y en cualquiera en el que se encuentre desempeñando actividades laborales, educativas, recreativas o de asidua concurrencia”. Ercolini es terminante. Dispone una “absoluta” prohibición de contacto de Fernández con ella, cualquiera sea la vía.