La denuncia de Fabiola Yañez a Alberto Fernández dominó los portales de noticias a media tarde, mientras transcurría en Diputados un plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales y Relaciones Exteriores por el voto de los argentinos en el exterior. Hubo legisladores de Unión por la Patria que se desentendieron del debate para chequear la novedad en sus celulares. Ninguno lo respaldó.
Alguno soltó una sonrisa, acaso de resignación. Otro más ligado a Cristina Kirchner aprovechó para cuestionarlo por lo que significó una bisagra en la relación con la ex presidenta durante su gestión: “Nosotros desde que cerró el acuerdo con el FMI que lo dejamos solo”.
Entre los miembros de esas comisiones estaban Santiago Cafiero y Eduardo Valdés, dos de los dirigentes más cercanos a Alberto Fernández. “Ya habló él, ya está”, salió del paso el ex jefe de Gabinete ante la consulta de Clarín. “Es todo falso”, había dicho el ex mandatario, y luego en un breve comunicado adelantó que presentará “pruebas y testimonios” ante la Justicia.
Las declaraciones no cayeron bien entre los diputados del bloque. “Ante la Justicia y a los medios también, tiene que salir a hablar”, reprochó uno de los que tenía buen vínculo con el ex presidente. La mayoría prefirió el silencio. También Julio Vitobello, otro de sus ex funcionarios más cercanos. “El va a sacar un comunicado”, se limitó a decir.
Todavía en México, Cristina Kirchner no habló del tema pero sí lo hizo Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes que formó parte de la comitiva del viaje. “Dado el perfil de Alberto Fernández, hombre varón cis que evidenció no poder asumir la conducción política de una mujer como Cristina Fernández, y que siempre se preocupó por saber si iba a estar herido en su masculinidad, tiene todas las características de poder haber ejercido violencia de género”, había apuntado Mendoza.
En ese momento Clarín había revelado que Yañez había enviado a María Cantero, la secretaria de Alberto Fernández, mensajes de texto, audio y fotos en los que acusaba a su ex pareja de presuntos golpes, pero la ex primera dama todavía no se había comunicado con el juez Julián Ercolini para formular la denuncia.
“Ella habla con conocimiento de causa, no por este caso puntual sino por diferentes situaciones que viene planteando hace mucho, por cómo se comportaba. Desde no aceptar la conducción de Cristina y ponerse en víctima hasta echarle la culpa a Fabiola por la fiesta de Olivos”, esgrimieron en La Cámpora sobre las palabras de Mendoza.
«Dejen la hipocresía: a ustedes les importa tres almendritas si Alberto Fernández es un golpeador o no. A mí sí y mucho. Los y las que caranchean tienen un único interés: que es peronista. Si fuese de otro espacio político dormirían como bebés. Le creo a ella. Punto«, tuiteó Juliana Di Tullio, una de las senadoras más cercanas a Cristina Kirchner.
“De cualquier golpeador diría primero que es un hijo de puta. De Alberto Fernandez creo también que es un psicópata por haber usado durante años al feminismo y a sus militantes”, posteó en sus redes la legisladora porteña Ofelia Fernández, cercana a Juan Grabois.
También desde el Frente Renovador sacaron un comunicado el lunes, antes de que Yañez se comunicara con Ercolini. “Ante los hechos de público conocimiento que involucrarían al ex presidente Alberto Fernández queremos decir que no importa quién sea el agresor ni el cargo que ocupe. Siempre repudiamos la violencia y estaremos incondicionalmente del lado de quienes la sufren”, publicaron en el cuenta Mujeres FR.
Alberto Fernández mantiene formalmente el cargo de presidente del PJ, con licencia desde marzo. En el Congreso de ese mes en Ferro uno de los pretextos para correrlo habían sido justamente sus estadías en Madrid, en las que se mostraba con Yáñez y su hijo Francisco.