En medio de las tensiones con residentes y profesionales de la salud, el Hospital Garrahan anunció una modificación en la conducción de su Consejo de Administración. Soraya El Kik dejó la presidencia del organismo, cargo que había asumido en octubre de 2024. En su lugar fue designada Mariel Sánchez, una médica con más de tres décadas de trayectoria dentro del hospital.
Desde la institución informaron que El Kik presentó su renuncia por cuestiones de salud. Durante su mandato estuvo acompañada por Roberto Agustín Dalmazzo y Jorge Menehem como consejeros. La salida se produjo en un contexto marcado por los reclamos salariales y medidas de fuerza que pusieron en tensión el funcionamiento del centro pediátrico de referencia nacional.
En el comunicado oficial, las autoridades del Garrahan destacaron los cambios impulsados por El Kik durante su breve gestión, valorando su apuesta por “el mérito por encima de la política” y su “compromiso con los valores fundacionales del hospital”. También se presentó formalmente a Mariel Sánchez, médica pediatra con especialización en bioética y administración hospitalaria, que se desempeñaba como Directora Médica Ejecutiva.
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La nueva conducción, según se adelantó, buscará continuar con un enfoque centrado en la eficiencia operativa, el uso responsable del presupuesto y una gestión transparente. Desde el hospital subrayaron que se trata de una línea de trabajo que ya se venía fortaleciendo en los últimos meses y que ahora se profundizará con la asunción de Sánchez.
Fue Soraya El Kik quien, en el marco del conflicto, comunicó personalmente la propuesta oficial a los residentes, que contemplaba un salario inicial de 1.300.000 pesos para el primer año. Aunque esa oferta fue rechazada en un principio, las medidas de fuerza se levantaron el 4 de junio, luego de que las autoridades advirtieran sobre posibles sanciones a quienes no retomaran sus tareas.
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Protestas cruzadas en el centro porteño: del Garrahan a la defensa de Cristina Kirchner
Mientras crece la tensión social por la ratificación de la condena a la ex mandataria, el centro porteño volvió a ser escenario de múltiples reclamos. A lo largo de la tarde se registraron nuevas movilizaciones, tanto en defensa de la ex presidenta como por demandas sectoriales, entre ellas, los reclamos salariales del Hospital Garrahan y la actualización de los haberes jubilatorios. La protesta tuvo su punto más álgido en las inmediaciones del Congreso, donde se produjeron incidentes entre manifestantes y efectivos de la Policía de la Ciudad.
Diversas columnas de organizaciones sociales, entre ellas la UTEP, Patria Grande y ATE, avanzaban desde Plaza Congreso hacia la avenida 9 de Julio con la intención de llegar a Plaza de Mayo. En ese trayecto se desplegó el grupo de infantería de la fuerza porteña, que intentó contener a los manifestantes en su intento de bloquear todos los carriles. Los enfrentamientos estallaron en la intersección de Avenida de Mayo y Santiago del Estero, cuando algunos sectores intentaron avanzar sobre el cordón policial.
La convocatoria, que comenzó a las 15, fue acompañada también por sindicatos docentes universitarios y centros de estudiantes de la UBA, quienes anunciaron tomas en al menos cuatro facultades como forma de repudio a la inhabilitación política de la ex mandataria. La concentración frente a la Casa Rosada fue pensada como una jornada de “unidad en la calle” frente al clima judicial y político que generó la inminente resolución del Máximo Tribunal.
TC cp