La fiesta de cumpleaños de Dionisio Mendoza es sin dudas el cumpleaños del año hasta el momento. Y es que el hijo de Flavio cumplió siete años y lo celebró a lo grande. El bailarín eligió un lugar que causó furor entre los invitados: nada menos que La Bombonera, la cancha de Boca Juniors. El nene es fanático del club y su papá no dudó en cumplirle el sueño.
El festejo arrancó después de la escuela. Flavio alquiló un micro escolar para llevar a Dionisio y a todos sus amigos directamente al estadio. Allí los esperó una visita exclusiva por el campo de juego, el museo y los pasillos donde caminaron ídolos como Maradona. El pequeño no paró de sacarse fotos y hasta caminó por la cancha con un hombre disfrazado del Diez.
Pero eso no fue todo. A la salida, una batucada con los bombos de La 12 los recibió tocando temas de cancha. También aparecieron personajes disfrazados, entre ellos un oso polar con la camiseta de la Selección. “Fue un golazo, los chicos estaban re manija”, contaron desde el entorno de Flavio. Dionisio no se despegó ni un segundo de sus invitados.
Después del recorrido, todos fueron al hotel Undici República de La Boca, donde continuó el festejo. Los chicos entraron por una manga como si fueran jugadores. El salón estaba decorado con guirnaldas azules, globos, escudos de Boca y pelotas por todos lados. Los invitados dijeron que “era como estar en un partido, pero con torta”.
LOS INVITADOS DE DIONISIO
Entre los famosos que dijeron presente, estuvo Luciana Salazar con su hija Matilda. “La pasaron increíble, Mati no quería irse”, contaron desde su círculo. También estuvieron los compañeros del colegio de Dionisio y algunos amigos del ambiente artístico. Nadie quiso perderse la fiesta del año.
El momento más emotivo fue cuando apareció la torta: enorme, con los colores de la Selección y un número siete en el medio. Dionisio pidió tres deseos y apagó las velitas rodeado de sus amigos. “La rompieron con todo”, comentó uno de los invitados. Sin dudas, Flavio tiró la casa por la ventana para festejarle como se merece.