Después de una carrera en constante ascenso, el actor se convirtió en la estrella que mostró el corazón del western en Yellowstone y ahora estrenó la primera de las cuatro partes de Horizon, una saga americana
Todo empezó cuando vio la película La conquista del Oeste, de 1962. Dirigida entre otros por John Ford con un formidable elenco que incluía a John Wayne, Gregory Peck, Henry Fonda y Spencer Tracy, esa mega producción fue la que determinó la devoción de Kevin Costner por el western. Tenía entonces siete años.
Nacido en California, durante su infancia recorrió muchas ciudades puesto que su padre -electricista- viajaba mucho y padeció la circunstancia de no tener amigos en parte alguna, era siempre el chico nuevo. Ya en la escuela secundaria formó parte de la banda de música y más tarde se convirtió en una estrella del béisbol. En 1978 se licenció en mercadotecnia y finanzas, pero su ambición era convertirse en actor.
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Quien lo animó a intentarlo fue Richard Burton, a quien conoció por casualidad en un viaje. Se empleó entonces como ejecutivo de marketing y por las noches comenzó a tomar clases de actuación. Asistió a las audiciones y poco a poco, como suele ocurrir, se abrió camino en el mundo del cine.
Con pequeños papeles al principio, su primera gran oportunidad fue Silverado, de 1984, un western de Lawrence Kasdan con Kevin Kline, Rossana Arquette, Jeff Goldlum y Danny Glover. Costner comenzaba a ser popular. Tuvo otros papeles, por ejemplo un especial de una hora de Cuentos asombrosos, dirigido por Steven Spielberg. Su nombre se afirmó en 1987 cuando encarnó al agente federal Elliot Ness en Los intocables. Protagonizó la exitosa Sin salida, con Gene Hackman y Campo de sueños, con Ray Liotta y Burt Lancaster en la última actuación de su carrera.
Entonces, en 1990, Costner creó la productora Tig Productions en sociedad con Jim Wilson y su primer proyecto fue Danza con lobos, dirigida y protagonizada por él. La película recibió 12 nominaciones al premio Oscar, de las cuales ganó 7. Entre ellos mejor película y mejor director. Ya consagrado como una estrella, fue Jim Garrison en JFK, de Oliver Stone y El guardaespaldas, con Whitney Houston.
Eso no significa que no haya tenido sus fracasos, incluyendo el duro Premio Golden Raspberry, que le dio su galardón cinco veces, como peor película y peor director.
Más tarde Kevin Costner fue ocupando un lugar en la televisión, hasta la aparición de la serie Yellowstone, de Taylor Sheridan, otro devoto de los western. Yellowstone, que está en el aire desde 2018, ganó todos los premios que puede ganar un programa de televisión. Y ahora, en el Festival de Cannes de este mismo año, Kevin Costner presentó la primera parte del proyecto de su vida: Horizon, una saga americana. Se trata de una serie continuada de cuatro películas, o una larga película dividida en cuatro partes. El público de Cannes lo homenajeó con una cálida recepción.