Una casa en Los Ángeles, California, será subastada en los próximos meses y todas las ganancias se dirigirán a una entidad bancaria. Esta mansión, que se encuentra en las colinas de Griffith Park, concretamente en el 2475 de Glendower Place, tuvo en 2020 un valor por encima de los dos millones de dólares. Sin embargo, se encuentra deshabitada desde hace 60 años a causa de una espeluznante razón por la que nadie se atreve a vivir allí.
La propiedad se construyó en 1925 y fue el hogar de Harold y Florence Schumacher. No obstante, no estuvo mucho tiempo en su poder, ya que ambos fallecieron en 1928, con una diferencia de muy pocas semanas. Dos años más tarde, Welford Beaton, editor de una revista, y su hijo Donald se mudaron a la mansión. Ellos tuvieron un trágico final, el joven murió a causa de una enfermedad, mientras que su padre quebró financieramente.
Según informó The New York Post, el capítulo más oscuro que vio la casa ocurrió en 1959. A las 4.30 de la madrugada del 6 de diciembre, el Dr. Harold Perelson, nuevo propietario de la mansión, se posó con un martillo a un costado de la cama donde dormía su esposa, Lilian. El hombre golpeó en reiteradas oportunidades la cabeza de la mujer con la herramienta hasta matarla. El motivo de su accionar violento de Perelson fueron las deudas que contrajo un tiempo antes del asesinato.
Inmediatamente después de cometer el crimen, se dirigió a la habitación de una de sus hijas, Judy, con la misma intención. El hombre, cubierto de la sangre de su mujer, golpeó una vez a la niña, que se despertó y, en medio de la oscuridad, comenzó a gritar sin comprender lo que sucedía.
El pedido de auxilio despertó a los dos hijos restantes de Perelson, Joel de 13 años y Debbie de 11. El primero logró llamar la atención de su padre, lo que hizo que Judy tuviera oportunidad de escapar. Por su parte, la otra niña le contó a la policía que, cuando se encontraron con su progenitor, este les dijo que volvieran a la cama, que todo era una pesadilla. El asesino no intentó perseguirlos, sino que los dejó ir e inmediatamente después se suicidó con una sobredosis de pastillas.
Seis décadas sin inquilinos en la propiedad de Los Ángeles
Durante los 60 años que le siguieron al asesinato, la mansión cambió de dueño varias veces. No obstante, según New York Post, nadie logró romper con “la maldición”. En 2016, la abogada Lisa Bloom adquirió la vivienda por 2,28 millones de dólares. Ella fue la representante del productor Harvey Weinstein, durante su juicio por abuso sexual en la industria del cine. Aunque realizó renovaciones en la vivienda durante dos años, nunca vivió allí.
En 2020, vendió la mansión por US$2,35 millones a una empresa a cargo del director ejecutivo de Luxmanor Custom Home Builders, Ephi Zlotnitsky. La propiedad se mantuvo en el mercado durante dos años más, hasta que finalmente la sacaron por falta de interés. Ahora, los dueños del inmueble enfrentan una ejecución hipotecaria después de incumplir el pago de 3,19 millones de dólares de intereses acumulados. Debido a esto, se subastará y todas las ganancias serán para la entidad financiera con la cual se mantiene el pasivo.
LA NACION