El inicio de septiembre llegó con condiciones atmosféricas intensas en distintos puntos de Estados Unidos y el Caribe. Mientras que algunas regiones enfrentarán tormentas fuertes con posibilidad de granizo, ráfagas violentas y hasta tornados, otras se verán afectadas por alertas de calidad del aire debido al humo de incendios forestales. Además, en el Atlántico tropical crece la amenaza de un nuevo ciclón, mientras que en el Pacífico el huracán Kiko continúa con su trayectoria.
El Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos (NWS, por sus siglas en inglés) advirtió que un frente frío, que este viernes se extenderá desde los Grandes Lagos hasta el valle medio del Mississippi, avanzará hacia el este y generará tormentas severas en su recorrido. El Centro de Predicción de Tormentas (SPC, por sus siglas en inglés) clasificó con un riesgo leve (nivel dos de cinco) a gran parte de los valles de Ohio y Tennessee.
Los especialistas señalaron que los fenómenos se concentrarán en la tarde y noche de este viernes y que los principales peligros estarán asociados a descargas eléctricas frecuentes, granizo de tamaño considerable, vientos intensos y la posibilidad aislada de tornados.
Según el SPC, “varios cúmulos multicelulares y estructuras supercelulares transitorias se desarrollarán durante la tarde y la noche dentro de un régimen de flujo del suroeste con cizalladura moderada”.
El pronóstico indica que hacia la madrugada del sábado, la intensidad de las tormentas disminuirá a medida que el frente avance hacia el Atlántico medio.
Para el sábado, el frente frío se desplazará hacia el noreste del país norteamericano y provocará tormentas desde los Apalaches hasta el Atlántico medio. En paralelo, lluvias y descargas eléctricas se desarrollarán también sobre el valle bajo del Mississippi y partes de las planicies del sur.
En Florida, un frente débil quedará estacionado y servirá como foco de precipitaciones intermitentes hasta el domingo. Esto mantendrá el tiempo inestable, con alta humedad y posibles tormentas dispersas tanto en la península como en los Cayos.
La humedad monzónica, combinada con el calor diurno y algunos impulsos en niveles altos, provocará tormentas en buena parte del suroeste de Estados Unidos. Desde California meridional hasta las Rocosas centrales, el tiempo se tornará inestable entre viernes y sábado.
En la Gran Cuenca y el noroeste interior también se prevé actividad tormentosa durante el fin de semana, lo que podría generar crecidas repentinas en zonas de montaña y problemas para la circulación en áreas desérticas.
El humo proveniente de grandes incendios forestales mantiene activas varias alertas de calidad del aire en el noroeste y en las llanuras altas del norte y del centro. Según informó el NWS, estas advertencias se mantendrán al menos hasta el sábado y podrían extenderse si persiste la quema activa en sectores de bosques de Washington, Oregon, Montana y Wyoming.
Las partículas en suspensión representan un riesgo especialmente para personas con enfermedades respiratorias previas, adultos mayores y niños pequeños, por lo que se recomendó evitar actividades prolongadas al aire libre.
Mientras tanto, el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) con sede en Miami informó sobre un área extensa de baja presión asociada a una onda tropical en el Atlántico oriental. Actualmente, el sistema produce una zona desorganizada de lluvias y tormentas eléctricas, pero las condiciones ambientales son propicias para su desarrollo.
El NHC advirtió que “es probable que se forme una depresión tropical durante el fin de semana o a comienzos de la próxima semana”.
En el Pacífico oriental, el huracán Kiko continúa desplazándose hacia el oeste con vientos máximos sostenidos de 127 millas por hora (204 km/h) y ráfagas de hasta 155 millas por hora (249 km/h).
El pronóstico indica que el ciclón mantendrá fuerza de categoría 3 durante este viernes, con vientos de hasta 132 millas por hora (212 km/h), y que comenzará a debilitarse gradualmente durante el fin de semana a medida que avance hacia aguas más frías.
Por otro lado, el ciclón Lorena perdió fuerza y se transformó en un sistema postropical frente a las costas de Baja California Sur. Con vientos máximos sostenidos de 34 millas por hora (55 km/h) y desplazamiento casi nulo, el sistema se degradará a un remanente de baja presión durante el fin de semana.
El NHC confirmó en su último aviso que “este será el último reporte oficial sobre Lorena”, aunque se mantendrán los pronósticos de alta mar del Servicio Meteorológico Nacional para monitorear el remanente.