En las últimas horas se conocieron detalles de la denuncia contra Julieta Silva, la mendocina que hace ocho años cumplió una pena por atropellar y matar a su novio Genaro Fortunato, y que ahora volvió a prisión por atacar a golpes a su marido Lucas Giménez. «No te vas hasta que no me dejés todo solucionado«, le gritó a su pareja antes de golpearlo.
La mujer, de 36 años, quedó detenida la semana tras ser denunciada por su esposo e imputada por «lesiones leves agravadas por el vínculo». Si bien en primera instancia la fiscalía dispuso que permaneciera bajo arresto en su domicilio, con tobillera electrónica, porque tiene una hija menor de edad, luego fue trasladada a una cárcel.
Si bien el caso se conoció hace siete días, el hecho de violencia fue denunciado el 1° de julio. Ese día, según el diario Uno, Giménez contó que él y Silva estaban en la casa en que ambos convivían en la ciudad de San Rafael cuando, de forma inesperada, antes de que él se fuera ella empezó a increparlo.
«Tenés plata para ir al odontólogo pero no para el jardín de tu bebé«, asegura que le dijo la mujer. Ante el fuerte mensaje, de acuerdo a lo que consta en la denuncia, el hombre se limitó a decir que tenía que salir a hacer trámites bancarios.
En respuesta, continúa el relato, Silva cerró la puerta de la casa con llave y volvió a gritar antes de empezar a pegarle. «No te vas hasta que no me dejés todo solucionado», le reclamó y enseguida empezó a pegarle en la cara, mientras le exigía que le respondiera y le decía que no lo aguantaba más.
En esa circunstancias y en medio del intento de evadir los golpes, Giménez se comunicó al 911 y efectivos policiales llegaron al lugar para asistirlo.
Después de esta primera escena, pese a que existía una restricción, Julieta Silva se había acercado a la hija de su pareja, a quien presuntamente también habría amenazado. Frente a esa nueva infracción la justicia dispuso su traslado a una sede penitenciaria.
Los antecedentes de Julieta Silva, su condena por la muerte de su novio y la nueva denuncia
Como contó Clarín, Julieta Silva había sido noticia en 2017 cuando salió con su novio de entonces, Genaro Fortunato, al boliche La Mona en San Rafael. La pareja, que en ese momento llevaba tres meses de relación, dejó el bar tras una discusión. Silva se subió a su auto -un Fiat idea que pertenecía a su exmarido- sola, el rugbier se acercó a la ventanilla para intentar hablar con ella pero la mujer aceleró y Fortunato cayó al piso después de correr unos metros junto al vehículo.
Según comprobó luego la justicia, Silva condujo 150 metros, giró en U y al pasar por donde había quedado tendido su novio, lo atropelló y arrastró su cuerpo tres metros. En el juicio declaró que nunca lo vio y que, en realidad, volvió atrás para devolverle su teléfono celular.
Al año siguiente, Julieta Silva fue condenada a tres años y nueve meses por homicidio culposo agravado por conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria de un vehículo y una inhabilitación de ocho años inhabilitación para manejar