Al final, fue mucho ruido y pocas nueces. Desde hace varios días en el mercado financiero se venía especulando con la posibilidad de que la Argentina volviese a quedar en el radar de las inversiones, con una mejora en la clasificación que realizar el influyente Morgan Stanley Capital (MSCI).
O al menos, se aproximara. Es que parte de los esfuerzos realizados por el equipo económico a cargo de Luis Caputo -eliminación del déficit fiscal, cero emisión monetaria, salida parcial del cepo- también apuntaba a que el país volviese a jugar, aunque sea, en la Primera B del torneo de los capitales especulativos.
Pero no pudo ser. Los analistas de Morgan Stanley que elaboran el influyente índice MSCI, optaron por la precaución y ni siquiera tocaron el tema. Tal vez sea cierto que mucho tuvo que ver que la Argentina sigue manteniendo algunas trabas para la circulación de capitales. Pero en el mercado se apunta más a que pesó la incertidumbre electoral con vistas a las legislativas de octubre, donde si bien las encuestas están arrojando una perspectiva positiva para el oficialismo libertario, para quienes tienen el poder de influir sobre masivos flujos de inversión, lo mejor es «esperar y ver».
Así, al permanecer en la categoría más baja del MSCI, Argentina podría ver pasar de lejos inversiones por unos u$s3.000 millones, según estimó el equipo de research de IEB, los cuales se habrían volcado a activos bursátiles locales en caso de ascender a mercado de frontera, la categoría inmediatamente superior y que tiene a países como Eslovenia, Pakistán, Marruecos, Croacia y Vietnam.
Por qué Argentina se mantuvo en la categoría más baja del índice de MSCI
Es que el índice MSCI se ha vuelto cada vez más poderoso, porque a pesar de que la información parece estar más al alcance de la mano que nunca, también es cada vez más complejo entender la realidad de un país como la Argentina, para el manager de un fondo de inversión que tiene, por ejemplo, sede en Londres.
«Un gran poder encierra una gran responsabilidad«, razonan en el mundo de las finanzas, donde un error de cálculo puede significar la pérdida de miles de millones de dólares, pero también quedarse sin un lucrativo trabajo en Wall Street, y, aún para una gran compañía, perder clientes que se van maldiciendo haber sido mal aconsejados.
Algunos de estos elementos primaron para que la Argentina ni siquiera tuviese la chance de participar en la discusión y tener alguna posibilidad de dejar de ser un paria en el mundo financiero global. Es lo que en definitiva representa la categoría de «stand-alone» que le acaba de mantener, por omisión, el Morgan Stanley.
El gobierno optó el silencio frente a esta «no decisión». Sabe que no es una buena noticia, justo cuando se está en la búsqueda de divisas para compensar el brutal ritmo de salida de dólares al exterior que están provocando el turismo y las compras masivas por parte de argentinos que aprovechan el dólar barato y obligan a edificar cada vez más metros cuadrados en el aeropuerto de Ezeiza, para almacenar los miles de pedidos que llegan por courier.
Si hasta la fuga de dólares por el pago de canales de streaming parece estar siendo a analizada por Caputo y sus ‘Anker boys’.
«No había ninguna expectativa en mejorar la calificación», fue el único mensaje que hizo trascender el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de voceros. Como para bajarle el precio a una novedad que finalmente no lo fue, pero que le hubiese venido muy bien a un modelo económico que sigue sumando cuestionamientos, entre otros puntos, por el atraso cambiario.
Marina Dal Poggetto, la directora de la influyente consultora EcoGo y una de las economistas más atacadas por Milei, dejó algunas advertencias sobre hasta dónde puede llegar el esquema de dólar barato.
«No veo a los ‘taxpayer’ norteamericanos con ganas de seguir pagando impuestos para que los argentinos se los patinen en Miami», ironizó Dal Poggetto. No obstante, dijo que «teniendo un prestamista de última instancia, como lo es el Fondo Monetario, y como podría serlo el propio Tesoro norteamericano, creo que hasta octubre se llega sin salto cambiario«.
«El cepo todavía lo tenés para las empresas, manejás la mesa del Central, la de la ANSES, el principal banco público, la tesorería y el programa financiero. Y además Caputo sabe cómo manejarlo. ‘No subestimaría la capacidad de Caputo de conseguir dólares’«, dijo Dal Poggetto, citando a Joaquín Cottani, un exfuncionario cavallista elegido por Caputo, que fue el primero en renunciar al equipo del ministerio de Economía, por ‘razones personales’.
«La pregunta es si van a seguir pidiendo financiamiento en dólares o van a cumplir lo que se acordó con el Fondo Monetario, que es comprar dólares para fortalecer reservas», dijo Dal Poggetto.
Y señaló: «Hasta ahora no cumpliste con el objetivo de compra de dólares, ni el financiamiento monetario. Creo que el FMI lo único que quiere es que no le gasten los dólares que prestó».
Para Dal Poggetto, el retraso cambiario existe y lo grafica así: «Si tomás el tipo de cambio de diciembre de 2015 -salida del cepo de Macri-, y le ponés un 100, ahora el tipo de cambio es 83 u 84«. Sería el equivalente a un atraso del dólar de 20%. Pero la directora de Ecogo cuestionó, además, la pretensión oficial de comprar divisas solo si el dólar perfora el piso de los $1.000.
«Un nivel más alto de tipo de cambio generaría menos demanda de divisas, de importadores y otros, pero la pregunta es cómo desanclar ese nivel, sin desarticular expectativas, como las de inflación», dijo la economista.
Para Dal Poggeto, tras las elecciones de octubre, habría que «recalibrar el esquema cambiario, y dar por terminada la idea de que esto es una ‘flotación’, pero con un tipo de cambio fijo».
Cuántos millones de dólares en inversión dejarán de lado a Argentina, tras el revés de MSCI
La categoría «standalone» se aplica a países que, por distintas razones, no cumplen con los requisitos mínimos de accesibilidad, estabilidad y operatividad para ser considerados ni emergentes ni fronterizos. Entre otros factores, inciden los controles de capital, restricciones cambiarias, dificultades de repatriación de fondos y falta de transparencia o disponibilidad de información en inglés.
Invertir en estos mercados implica riesgos elevados y menor liquidez, por lo que muchos fondos globales directamente los excluyen de sus estrategias.
Entre algunas de las implicancias más destacadas, se encuentra una menor visibilidad y atractivo para los inversores institucionales globales; menor peso o exclusión en carteras de inversión ligadas a índices de MSCI, lo cual impacta en el ingreso de capitales. Y, en concreto, dificulta la integración al sistema financiero internacional.
Puesto en números, por permanecer en la categoría más baja del MSCI, Argentina vería pasar de lejos inversiones millonarias: por caso, el equipo de reserach de IEB calcula que una mejora en la categoría tendría un impacto positivo de entre u$s2.000 millones y u$s3.000 millones, los cuales se volcarían a los activos bursátiles locales, que en un mercado como el argentino, con muy poca profundidad, generaría repuntes significativos en las cotizaciones de estos instrumentos.
Lo cierto es que la Argentina no será considerada mercado emergente este año ni el próximo, según la definición que comunicó el martes el MSCI, por lo que las acciones argentinas seguirán bajo la calificación standalone.
De esa forma, las acciones locales solo podrían ser recibir los beneficios de una mejora en su calificación recién en 2027, si esa institución incluyera a la Argentina, en junio del año próximo, en su lista de evaluación. Para el mercado, el mejor escenario era, en el caso de los papeles argentinos, quedar en ese listado de posibles países con margen de mejora en 2026.
Pero el comunicado oficial de la MSCI solo incluyó menciones a evaluaciones de la situación financiera de Bulgaria, Corea del Sur, Grecia y Bangladesh.
El informe de MSCI señaló puntualmente algunos aspectos de la regulación financiera vigente. En la sección dedicada al «Nivel de restricción al flujo de capitales», remarcó que los controles cambiarios implementados en septiembre de 2019 impidieron a los inversores internacionales operar en el mercado de renta variable argentino, lo que generó inquietudes sobre la posibilidad de repatriar fondos.
Según MSCI, el levantamiento parcial del cepo en abril permitió a los inversores internacionales repatriar dividendos generados a partir del 1 de enero de 2025. No obstante, advirtió que «aún permanecen varias restricciones para los inversores institucionales extranjeros», en referencia a las limitaciones que siguen vigentes en el acceso a los mercados.
Respecto del mercado de cambios, el organismo indicó que la Argentina «no cuenta con un mercado cambiario offshore eficiente». Si bien reconoció que en abril se abandonó el esquema de crawling peg para pasar a un sistema de flotación administrada y que se introdujeron algunas flexibilizaciones, aclaró que continuará observando la evolución de estas medidas.
La salida del cepo cambiario, anunciada el pasado 11 de abril por el ministro de Economía, Luis Caputo, generó condiciones para que la Argentina sea considerada nuevamente en un proceso de apertura a los mercados, lo que podría allanar el camino a una mayor entrada de capitales destinados a activos financieros locales.