lunes, 7 abril, 2025
InicioSociedadOtra dura condena para "El Rey de la Efedrina", ahora por meter...

Otra dura condena para «El Rey de la Efedrina», ahora por meter armas y explosivos en la guerra narco de Rosario

«Yo me fui de la Policía de Santa Fe en el 2008, como cabo, no tenía poder. Después hice de todo: incluso tuve la mejor peluquería canina de Rosario. Pero siempre se me hizo difícil por mi apellido, por mi hermano Mario». Lagrimeando, Hernán Segovia (49) intentó conmover al juez federal Nelson Jarazo en el momento de las últimas palabras antes del veredicto. «En la cárcel hasta tomé la confirmación», agregó por Zoom desde el Complejo Penitenciario 2 de Marcos Paz, dedicándole un especial agradecimiento al Padre Ignacio.

El hermano del «Rey de la Efedrina» llegó a juicio junto con él y otros tres imputados -entre ellos su sobrino Matías (25)- acusado de haber montado una estructura para meter al país armas de guerra y explosivos que iban a tener como destino Rosario. Luego de un juicio de casi un año, Mario Segovia -preso en Ezeiza- no quiso hacer uso de sus «ultimas palabras». Su hijo sostuvo su inocencia y pidió Justicia.

Todo ocurrió en una audiencia virtual el jueves al mediodía. Y dos horas después los acusados fueron condenados, aunque a penas algo menores a las pedidas por la fiscalía. A Mario Segovia (49) le impusieron 13 años de prisión como jefe de una asociación ilícita, contrabando de un fusil semi automático, tenencia legal de armas de uso civil y de guerra y tenencia de material explosivo. En el veredicto se lo declaró «reincidente» y esta condena deberá unificarse luego con una anterior (2012) a 17 años, por trafico de efedrina.

Por los mismos delitos, pero con diferente grado de participación, se condenó a Hernán Segovia: le dieron 8 años. A Matías Segovia lo condenaron a 5. A Gonzalo Ortega (39) -su cuñado- le impusieron 7 años y 5 años a Ezequiel Bergara (35). Como desde 2017 el «contrabando» no permite la libertad condicional, tanto el «Rey de la Efedrina» como el resto de los condenados deberían -de quedar firme- cumplir la pena impuesta en su totalidad.

Mario Segovia quería inundar Rosario de armas automáticas, fusiles de alto impacto y explosivos. Por eso, desde su celda del Complejo Penitenciario 1 de Ezeiza, ideó un plan para entrar a la Argentina todo en partes y luego montar un sistema de impresiones 3D para copiar las piezas plásticas de las armas, que venían de China en encomiendas. Los sistemas más complejos continuarían contrabandeándose desde Estados Unidos como componentes de bicicletas.

«Dotar a las bandas criminales locales de Rosario con estos elementos, las hubiera puesto a un nivel equivalente a la de los carteles mexicanos, al Comando Vermelho o al PCC brasileño«, graficó Agustín Bucciarelli, especialista del área de Inteligencia de la Unidad Federal de Investigaciones Especiales de la Policía Federal.

Lo hizo al declarar como testigo en el juicio oral contra Segovia, su hijo Matías (25) y su hermano Hernán (46), ex policía de Santa Fe.

Los tres conformaban el núcleo central de la banda a la que, en 2021, le secuestraron manuales para fabricar explosivos importados de Canadá. Los acusados del juicio fueron cinco en total.

Luego de un año de debate -a cargo del juez Nelson Jarazo, del Tribunal Federal 2 de La Plata- se llegó al momento del veredicto, que Segovia vio por televisión desde la cárcel porque se lo considera demasiado peligroso como para trasladarlo de Ezeiza a La Plata.

El fusil AR-15 secuestrado en la causa contra «El Rey de la Efedrina» en 2021. El otro estaría en Rosario.

En febrero pasado los fiscales Diego Iglesias y Patricia Cisnero, de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) habían pedido en sus alegatos 15 años de prisión para Mario Segovia, 10 años para Hernán Segovia, 5 años y medio para Matías Segovia, 10 años para Gonzalo Ortega (39) -su cuñado- y 5 años para Ezequiel Bergara (35).

De acuerdo a la acusación fiscal, las armas y explosivos «ingresaban al país en su mayoría en piezas desarmadas mediante distintas encomiendas para su posterior ensamble».

«Entraban por el aeropuerto de Ezeiza para luego ser enviados a la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, donde se encontraba radicado el núcleo de la organización», sostuvo Iglesias y dio un contexto de la violencia narco que vivió esa ciudad con un pico de 291 muertes en 2022.

Video

El diálogo del «Rey de la Efedrina» con un preso árabe para comprar fusiles AK47 en África

La guerra entre «Los Monos», Esteban Alvarado y sus segundas líneas eran para Segovia una oportunidad de negocios. Para eso agudizó su ya importante ingenio al punto de lograr hackear dos direcciones de mail del Gobierno de Formosa para hacer las compras más sensibles.

«Se ha verificado que fue mediante las casillas de correo electrónico oficial del Gobierno de la Provincia de Formosa (…), vía web mail, se adquirieron estos artefactos explosivos, que consistían en: a) un sobre bomba, conteniendo alambre, cables, tornillos, un detonador y una batería; b) libro bomba, conteniendo dos baterías, un detonador, una llave, dos pinzas, cables y papel aluminio y; c) carpeta bomba, conteniendo una batería, cables, papel aluminio, detonador, clavos y gel (descripto por personal experto en explosivos de Paraguay», describieron los fiscales en 2021 al pedir los allanamientos contra el clan.

Si hubiera logrado su objetivo, Rosario «podría haber emulado los índices de violencia y criminalidad que se registran en ciudades como Tijuana, Juárez, Rio de Janeiro o San Pablo. Eso era lo que quería el Clan Segovia, que con su estructura se posicionaría como el único proveedor de armamento de guerra automático para las bandas criminales locales», explicó el fiscal Iglesias.

Video

El «Rey de la Efedrina» habla con Martín Lanatta sobre el armado del fusil AR15

El fusil AR-15, el arma que logró entrar Segovia a la Argentina al menos dos veces, es de uso civil, semiautomático, armable como un Lego, muy liviano y dispara tres veces más rápido que una pistola 9 milímetros, unas 45 balas por minuto. Acá es casi imposible de comprar. Tal vez por su fuerza de fuego, fue el que usó el tirador que atentó contra Donald Trump en plena campaña presidencial de los Estados Unidos. No es cualquier cosa. En Argentina solo lo tienen los grupos de «irrupción» de algunas fuerzas federales.

La cuestión es que, a fines de 2024, un AR-15 dejó su rastro en Rosario en un ataque a un miembro de la barrabrava de Rosario Central posterior al crimen de Andrés «Pillín» Bracamonte (53), asesinado por sicarios el 9 de noviembre junto a su número dos, Daniel «Rana» Attardo (55). Hay indicios que apuntan a Segovia como el proveedor de esa arma.

Mario Segovia está preso desde 2008, pero durante más de una década operó desde el encierro sin demasiado problema. Luego de una investigación encarada en 2016 por la Justicia Federal de Lomas de Zamora, en 2021, se fue tras su organización de tráfico de armas y explosivos.

Mario Segovia, cuando cayó preso en Aeroparque por la causa efedrina.

La fiscal Cisnero lo sintetizo perfecto en el alegato: «La banda criminal tenía capacidad para suministrar armas automáticas, blindajes, precursores químicos, drogas de diseño, explosivos y capacitaciones para el armado de detonadores y diversas técnicas terroristas».

«Todo ello, operando con la fachada de una supuesta empresa dedicada a la capacitación de organismos públicos, con sede en Belice, cuentas bancarias en Suiza y un sitio web. A su vez, mediante el hackeo de correos electrónicos oficiales del Gobierno de Formosa, contrataban cursos y compraban material didáctico necesario para el desarrollo de la industria criminal antes mencionada», completó.

En las escuchas del caso se habla de una ametralladora ensamblada en Argentina que iba a ser canjeada por una camioneta Toyota Hilux usada. Segovia llama «escobas» a los fusiles. Así, una «escoba de 15» es un fusil AR-15 (o sus variantes M16 o M4).

EMJ – MG

Más Noticias