A los 83 años, Luis Barrionuevo no está dispuesto a ceder su influencia en el ajedrez sindical. Decidido a apoyar a Javier Milei, como lo hizo en las elecciones primarias de 2023, en las que aportó fiscales e hizo campaña, ahora se dispuso a boicotear el paro general al que convocó la CGT para “antes del 10 de abril”. El histórico jefe de los gastronómicos convocó para este martes a un grupo de gremios aliados para intentar mostrar que la huelga no goza de unanimidad dentro de la central obrera.
“No estoy de acuerdo porque no hubo una reunión formal. Solo lo comunicó el vocero [Héctor] Daer”, dijo Barrionuevo a LA NACION para diferenciarse del llamado a la huelga que hizo Daer, uno de los integrantes del triunvirato de mando cegetista junto con el camionero Octavio Argüello y Carlos Acuña, que supo ser el peón del gastronómico en la central obrera.
Con esta estrategia, Barrionuevo busca dividir las posturas dentro de la CGT en la previa a la reunión de consejo directivo del jueves próximo, en la que se definirá si el paro general será el 8 o el 10 de abril, y si se hará con movilización o solo con cese de actividades. Después de meses de letargo y de haber sellado una tregua con el gobierno de Milei, la CGT apuró el llamado a una protesta en reclamo de mejoras a los jubilados y en rechazo a la intervención oficial en las negociaciones salariales. Los tiempos se aceleraron por la represión policial del miércoles pasado a los manifestantes que acompañaron la demanda de los jubilados en el Congreso.
Barrionuevo convocó para el martes a su tropa en el Sindicato de Maestranza, que lidera Oscar Rojas. Hay tres dirigentes invitados con los que el gastronómico apuesta a debilitar al triunvirato de la CGT. Se trata de Roberto Fernández, jefe de los colectiveros de UTA, un gremio estratégico para garantizar el impacto del paro; el ferroviario Omar Maturano, también determinante, y el mercantil Armando Cavalieri, que con su ausencia a las últimas reuniones de mesa chica ya dio señales que no quiere enfrentarse a Milei. Barrionuevo también cruzó mensaje con el referente de la Uocra, Gerardo Martínez, uno de los interlocutores habituales de la gestión libertaria. Martínez está en una encrucijada: no quiere dinamitar los puentes con el Gobierno, pero tampoco está dispuesto a ir en contra de un paro que ya está lanzado.
La decisión de avanzar con el paro, en cambio, tiene apoyo de Daer, referente del sector de “los Gordos”; Hugo Moyano, que participó de la reunión de mesa chica y que en paralelo negocia la paritaria de camioneros; el estatal Andrés Rodríguez, y de los gremios del transporte, salvo los colectiveros de la UTA y de los dos principales gremios ferroviarios. También apoyaron la medida y reaparecieron en la CGT los dirigentes más alienados con el kirchnerismo, como Sergio Palazzo (Bancarios), Abel Furlán (UOM) y Omar Plaini (Canillitas).
Ya resolvieron internamente adherirse a la medida cegetista las dos vertientes de la CTA, cuya influencia es fuerte en el sector estatal y entre los gremios docentes provinciales. También está dispuesta a sumarse el Frente de Izquierda, que presiona desde el año pasado a la CGT con avanzar con una medida de fuerza.
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