El presidente Javier Milei habla en el Foro Económico Mundial de Davos. Será la segunda vez que el mandatario argentino asista al prestigioso encuentro internacional, donde líderes políticos, empresarios y expertos de todo el mundo se reúnen para debatir sobre los principales desafíos globales. En su intervención del año pasado, Milei se destacó por criticar duramente el rol del Estado en las economías modernas, abogando por un modelo de libre mercado extremo y enfatizando la necesidad de desregular sectores clave para potenciar el crecimiento económico. Sus declaraciones generaron tanto apoyo entre sectores liberales como fuertes críticas desde gobiernos y organizaciones con posturas más intervencionistas.
Este año, el presidente Javier Milei realizó un polémico y contundente discurso este jueves en el Foro Económico Mundial de Davos, donde criticó las políticas impulsadas por la organización y arremetió contra lo que denominó «la ideología woke». Ante un auditorio compuesto por líderes empresariales, financieros y políticos de todo el mundo, el mandatario argentino planteó una visión disruptiva, fiel a su estilo, y llamó a «discutir las ideas que han estado promoviendo».
«Hay algo profundamente equivocado en las ideas que se han estado promoviendo desde foros como este», afirmó Milei al iniciar su intervención. El presidente cuestionó las tendencias ideológicas predominantes en los debates globales, señalándolas como obstáculos para el progreso económico y social. «La ideología woke es el cáncer que hay que extirpar», sentenció, en referencia a las corrientes culturales que, según él, priorizan una agenda progresista en detrimento de las libertades individuales.
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En su discurso, Milei también abordó los cambios que, a su juicio, atraviesan las democracias occidentales. «Pocos niegan que soplan vientos de cambio en occidente. Algunos se resisten al cambio, otros lo aceptan a regañadientes, están los nuevos conversos y estamos quienes hemos luchado toda la vida por su advenimiento», expresó, en una declaración que pareció posicionarse como líder de una nueva corriente global que aboga por un modelo de libre mercado extremo y menos intervención estatal.