El azúcar es un ingrediente común en gran parte de los alimentos y bebidas, desde su uso como endulzante para las infusiones hasta los postres. Sin embargo, su impacto en la salud generó preocupación en los últimos años, ya que problemas como el aumento de peso, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas llevaron a muchas personas a reevaluar su consumo de azúcar. Por todo esto, se generó una tendencia hacia la búsqueda de alternativas más saludables y para reducir la presencia de azúcar en la dieta. En relación con esto, un estudio de Harvard dio a conocer un método para terminar para siempre con los típicos antojos de “algo duce”.
Primero, es importante tener en cuenta que el azúcar forma parte de la vida cotidiana y está presente en muchas comidas. En Argentina, es usual que, después de la cena, muchos busquen “algo dulce” para cerrar el día. Para varias personas, resistirse a un antojo no es tarea fácil, especialmente cuando aparecen por nervios o estrés. En contraposición a esto, la investigación destaca los efectos negativos que puede traer consumir esto para la salud, por lo que recomendaron una actividad sencilla para evitar caer en la tentación.
Se trata de la caminata, una actividad que se destaca desde hace mucho tiempo como uno de los ejercicios más beneficiosos y fáciles de realizar. Además de sus numerosos efectos positivos, como una mejora de la salud cardíaca y la reducción de los niveles de glucosa en sangre, un reciente estudio de la Universidad de Harvard sugiere una nueva ventaja. Según esta investigación, caminar podría ayudar a controlar los antojos de alimentos dulces, un desafío común para muchas personas.
Por lo que dieron a conocer los investigadores, el hábito de caminar durante 15 minutos al día puede ayudar a reducir los antojos de comer cosas dulces durante la jornada, incluso de alimentos procesados. Según indicaron en el estudio, esto estaría relacionado con que caminar estimula la producción de las endorfinas conocidas como hormonas de la felicidad y estas ayudan a disminuir el estrés y a mejorar el estado de ánimo. También, se pudo comprobar que caminar mejora la sensibilidad a la insulina en el cuerpo, lo que contribuye a reducir los niveles de glucosa en sangre y, como consecuencia, disminuir los antojos de alimentos dulces.
Para realizar esta investigación, los científicos de Harvard examinaron a un grupo de 12.000 personas, evaluando cómo las caminatas regulares a paso ligero impactaban en 32 genes relacionados con la obesidad. Los hallazgos indicaron que, en aquellos que caminaban alrededor de una hora diaria, el efecto de estos genes se reducía a la mitad.
Además de estos resultados, el estudio subrayó que caminar contribuye a una mejora general en la salud física y disminuye el riesgo de obesidad. También destacó otros beneficios, como la protección de las articulaciones; caminar entre 8 y 10 kilómetros semanales puede aliviar el dolor articular, lo cual es especialmente beneficioso para quienes padecen afecciones articulares. En resumen, establecer una rutina regular de caminatas no solo ayuda a controlar los antojos de dulces, sino que también puede mejorar diversos aspectos de la salud.
LA NACION