En mayo de 2023, una nadadora universitaria perdió parte de su pierna izquierda mientras festejaba su graduación. Se encontraba de vacaciones con una amiga en una isla del Caribe, donde fue atacada por un tiburón. Un año después, luego de una extensa recuperación física y emocional, disputa los Juegos Paralímpicos para Estados Unidos.
Alexandra Truwit nació en mayo de 2000. Unos días después de festejar su cumpleaños 23 y de graduarse de la universidad de Yale, viajó con una amiga a las Islas Turcas y Caicos, dentro del archipiélago que forma parte del territorio británico de ultramar, al sureste de las Bahamas. En pleno Caribe, las jóvenes se dispusieron a hacer snorkel en las que aparentaban ser aguas tranquilas.
En un momento, notaron la presencia de un animal gigantesco en el agua. Truwit pensó primero que se trataba de un delfín, pero luego notó que era tiburón. El depredador atacó la pierna izquierda de la nadadora. Según le contó a ESPN, se desplazó más de 40 metros estando amputada, subió a la embarcación con la que había llegado hasta allí y su amiga le hizo un torniquete para que dejara de sangrar.
Luego la trasladaron hasta un hospital local. En ese momento, junto a su familia en comunicación telefónica, tuvieron que tomar la decisión de cómo seguir. Había perdido demasiada sangre para viajar hasta Estados Unidos. El estado más cercano era Florida, pero los médicos no estaban seguros de que llegara. Mientras las horas pasaban, el pie de la joven fue recuperado en el mar. En tanto, decidieron entonces probar con un viaje en avioneta.
En Miami, Truwit llegó a un hospital lista para ser intervenida. Debido a cómo se dieron los acontecimientos, ningún especialista mencionó la posibilidad de reimplantar el pie recuperado. Por el contrario, por esas horas se hablaba de la posibilidad de salvarle la mayor cantidad de pierna posible. La primera intervención quirúrgica fue para curarla de la infección por la mordida.
Dos días después, le realizaron una segunda intervención para terminar de tratar la infección. Finalmente, los médicos dejaron que Truwit sea trasladada a Nueva York, en donde le realizaron la amputación final. Fue allí donde los especialistas le avisaron que perdería su miembro izquierdo, desde la rodilla hacia abajo.
Recuperación y Juegos Paralímpicos: así siguió la vida de Alexandra Truwit
La amputación fue un éxito. Truwit se mudó a la casa de sus padres, quienes pasaron su habitación a la planta baja. Allí comenzó un largo proceso de recuperación, con dolor y malestar en la zona. Un mes y medio después se sentía mejor y tenía una nueva meta: volver a ser deportista. Había nadado en la Universidad de Yale, así que contactó a su viejo entrenador para que la ayudara en este nuevo proceso.
El proceso de volver al agua no fue sencillo. Cada vez que se sumergía recordaba el incidente en la isla. Según contó, lo más difícil del proceso fue adaptar a su mente para superar el trauma. También tuvo que acostumbrarse a la prótesis, un elemento ajeno a ella que ahora era un complemento de su cuerpo.
A los pocos meses de comenzar a entrenar, empezó a presentarse en las pruebas del equipo paralímpico. Lo hizo en los estilos de 400 metros libres (la competencia más larga) y en 100 metros de espalda y libres.
Los Juegos Paralímpicos son una celebración internacional del deporte para atletas con discapacidades físicas y/o mentales. Su origen se remonta a 1948, cuando el Dr. Ludwig Guttmann, un neurocirujano alemán, organizó una competencia de tiro con arco para veteranos de la Segunda Guerra Mundial con lesiones en la médula espinal en el Hospital de Stoke Mandeville en Gran Bretaña. Este evento, conocido como los Juegos de Stoke Mandeville, se considera el precursor de los Juegos Paralímpicos modernos.
Ochenta años después de ese primer gran evento, Truwit corrió su primera carrera como nadadora paralímpica. Fue el 1° de septiembre pasado, donde quedó sexta en los 100 metros libres femeninos. Todavía le quedan los 400 metros libres el 5 de septiembre y la serie de los 100 metros espalda, su especialidad, el viernes 6 de septiembre.
LA NACION