LA PLATA.– La Intendencia de esta ciudad inició el proceso de reinhumación de los restos abandonados hallados en el cementerio municipal en febrero ultimo. Al mismo tiempo, se renovó el cuerpo directivo de la dependencia y se presentó un proyecto de ordenanza para declarar el lugar en emergencia durante 180 días, plazo en el que las autoridades se proponen normalizar la situación.
Con el entierro de 470 cuerpos que fueron identificados en forma efectiva y encabezado por el intendente Julio Alak, se dio inicio al proceso de reinhumación de restos correspondientes a cerca de 13.500 fallecidos. Se hizo en el marco de una ceremonia reservada a un puñado de funcionarios, que contó con la presencia del obispo auxiliar de la curia platense, Jorge Esteban González, quien bendijo el servicio.
Se trata de osamentas encontradas en el depósito del segundo piso que, tras la identificación de los féretros, fueron ahora llevados a tierra y se les colocaron cruces, así como los nombres correspondientes junto a las fechas de defunción.
En la oportunidad, Alak presentó a los nuevos responsables del cementerio. El abogado Maximiliano Tartaruga ocupará el cargo de director general: tendrá entre sus responsabilidades la misión de contribuir a la normal operatoria de la necrópolis y evaluar eventuales necesidades de reforma o ampliación, con el fin de jerarquizar el lugar y garantizar la adecuada prestación de los servicios funerarios en el partido, además de controlar los procedimientos de inhumación, tumulación, exhumación, reducción y traslado de cadáveres o restos.
A la nueva gestión se sumó el licenciado en administración de empresas Eduardo David Araujo Duffy, en el cargo de director general del espacio. Su responsabilidad principal, se indicó, será velar por el cumplimiento de los protocolos de funcionamiento del lugar en lo concerniente a una adecuada prestación de servicios por parte de personal municipal o terceros. Asimismo, se informó, deberá cuidar por la correcta administración y distribución de los materiales e insumos y propiciar la correcta ejecución de los servicios administrativos, de mantenimiento y de seguridad.
Los funcionarios comunales informaron que también se aprobó el procedimiento de contratación para la construcción de un nuevo osario, adonde serán trasladados los restos óseos encontrados en bolsas.
Tras la licitación pública 25/2024, se adjudicó la construcción del nuevo osario que –según lo informado– estará ubicado en una parcela delimitada por la avenida 137 y las calles 72 y 74, área seleccionada por su accesibilidad y proximidad a otros servicios del cementerio. “La habilitación del osario optimizará el uso del espacio en el cementerio y ofrecerá una solución digna y respetuosa para el destino de los restos óseos”, indicaron fuentes comunales.
En tanto, adelantaron que en estas horas la municipalidad remitirá al Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza que buscará establecer un nuevo régimen jurídico para el ordenamiento inmediato del cementerio. Para eso, se declarará la emergencia del lugar por 180 días. Durante ese lapso se realizará un censo tanto de los espacios del establecimiento como de los restos existentes y se elaborará un registro digital de acceso público. El objetivo es fijar pautas para promover el mantenimiento de la higiene ambiental, realzar el valor patrimonial y cultural de la necrópolis, e incentivar y propender a mejorar la calidad en la prestación de los servicios funerarios públicos y privados.
El proyecto establece, a la vez, que el servicio mortuorio constituye una prestación de carácter regular, continua y esencial, brindándose en forma compatible con la calidad ambiental, mediante tecnologías no contaminantes y a través de un manejo racional en el tratamiento y la disposición de residuos. Por otro lado, indica que no podrá exceder de los siete días el depósito transitorio de restos reducidos, ataúdes o cajas en instalaciones del cementerio especialmente asignadas y acondicionadas a tal efecto, cuando resulte estrictamente necesario. Además, se regulan las exhumaciones y el traslado de cadáveres de panteones, bóvedas y nichos, y define instrumentar de forma inmediata un libro diario de inhumaciones y exhumaciones.
También indica la creación de un registro de concesiones y arrendamientos, otro del osario, otro con datos identificatorios de los fallecidos inhumados o tumulados y de quienes requieren su sepultura, y otro que identifica los traslados producidos desde el ingreso del cadáver al cementerio.
Al explicar la iniciativa, Alak abogó porque la política del cementerio “deberá garantizar de ahora en más la dignidad en el trato y el respeto al difunto y los deudos; resguardar la oportunidad de entierro digno para todos los ciudadanos, y asegurar el respeto por los diversos cultos, religiones, costumbres y creencias”.
En paralelo, continúa con total reserva la causa judicial abierta en diciembre último por los funcionarios municipales ante la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) N°15, a cargo de la fiscal María Cecilia Corfield. En el expediente caratulado como “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados”, se espera que luego de la feria judicial sea citado a declarar un grupo de funcionarios de la anterior gestión, según indicaron fuentes con acceso a la investigación.