Los 21 votos de Unión por la Patria que lograron que se incluya en Ley Bases el capítulo para elevar de 70 a 73% la alícuota del impuesto interno al tabaco y eliminar el tributo mínimo que rige en la actualidad, desnudaron las diferencias internas y abrieron internas en el bloque peronista. La principal, que da cuenta de que la votación dejó al descubierto el amplio número de legisladores que decidió no seguir la posición del jefe formal del bloque, Germán Martínez, y de quien lo era hasta hace poco más de dos años, Máximo Kirchner.
Mientras que un sector del bloque consultado por LA NACION hizo referencia a que se dio “libertad de acción” y que en el resto “hubo ordenamiento”, otros diputados de UP admitieron “descoordinación” y “una deliberada posición de que hubiera abstenciones”.
“No es que no está dirigido el bloque. Toda la ley, salvo los que responden a (el gobernador catamarqueño, Raúl) Jalil, se votó juntos en rechazo”, aseguró una de las fuentes consultadas buscando alejar las versiones de diferencias internas.
“En este tema en particular pasó que hubo muchas abstenciones”, admitían al tiempo que negaban llamados para orientar la votación en uno u otro sentido. Y agregaban que entre quienes votaron en sintonía con la Unión Cívica Radical (UCR) y Hacemos Coalición Federal (HCF) hubo desde “peronistas de pura cepa” como Santiago Cafiero y Victoria Tolosa Paz, quien llevó la voz cantante en el recinto; kirchneristas como Carlos Castagneto y Martín Soria y “provinciales” como Pablo Yedlin, del peronismo tucumano.
Esa versión se contrapone con la que dio cuenta otra fuente del bloque, que habló de que “deliberadamente muchos diputados estaban pidiendo la abstención”, aunque declinaron de identificarlos. El tema, según completaban, no se discutió en ninguna reunión del espacio, aunque sí reconocían que hubo llamados de atención respecto del tema. “Si todo el bloque se abstenía, ganaba (Pablo) Otero”, en referencia al empresario tabacalero. “No es que el bloque se va a romper o se va a discutir la conducción de Germán (Martínez), pero que hay que ordenar, hay que hacerlo”, completaron.
Las diferencias internas quedaron completamente expuestas cuando Victoria Tolosa Paz dio su posición a favor y la siguieron los sanjuaninos Fabiola Aubone, Jorge Chica y Walberto Allende, la entrerriana Carolina Gaillard; el porteño Eduardo Valdés, el rionegrino Martín Soria; los chaqueños Juan Manuel Pedrini, María Luisa Chomiak y Aldo Leiva; los bonaerenses Castagneto, Santiago Cafiero, Hugo Yasky y Agustina Propato; el cordobés Pablo Carro; lo tucumanos Pablo Yedlin y Carlos Cisneros; la chubutense Eugenia Alianiello y los mendocinos Liliana Paponet, Martín Aveiro y Adolfo Bermejo.
Si la ley finalmente resulta sancionada, se eliminará el componente fijo del impuesto a los cigarrillos, que está judicializado por Tabacalera Sarandí, pero que paga el resto de las empresas del sector. Y, en paralelo, se elevará la alícuota del impuesto variable del 70 al 73%, se incorporan precios de mercado referenciales y se añade un cálculo de sanciones sobre la base a los precios de mercado relevados. Otros legisladores quedaron más cercanos a la postura de la empresa Massalin Particulares, filial argentina de Phillip Morris.
Con estas modificaciones, los impulsores consideran que se puede aumentar la recaudación impositiva en casi 1000 millones de pesos al año. El dueño de Tabacalera Sarandí, Pablo Otero, era señalado como el principal beneficiario del régimen actual y se lo acusó de influir sobre legisladores de distintos bloques para impedir un cambio legal. La magnitud de la polémica fue tal que se pidió una votación a viva voz para que quede rápidamente en claro cómo se posicionó cada diputado.