A casi una década de la muerte de Alejandro Cohn, hermano del célebre director de cine y productor, este martes comenzó el juicio oral en el que nueve médicos están acusados del delito de homicidio culposo y violación de elementos probatorios.
Fue a fines de julio de 2015 cuando la víctima, de 35 años, ingresó al Hospital Municipal Central de San Isidro «Dr. Melchor Ángel Posse» por una baja de azúcar, problema que frecuentaba porque era diabético.
Sin embargo, 48 horas después salió con muerte cerebral y múltiples lesiones. Tras ser trasladado al Hospital Italiano, los médicos confirmaron su fallecimiento y, lo que más llamó la atención, es que nadie supo responder qué pasó.
Nueve años después comenzará el debate oral en el en el Juzgado en lo Correccional N°4 de San Isidro, que estará a cargo del juez Facundo Ocampo y durará cerca de un mes.
Los médicos que atendieron a la víctima en el hospital de San Isidro, hoy acusados, son Darío Campos, Martín Montagna, María Quiroga, Maximiliano Ragazzoli, Ana Sánchez, María Seijo, Carla Setti, Marcelo Toro Solano y Marina Vanesa Vogelin.
La palabra de los Cohn
“Mi hermano, además de presentar muerte cerebral, tenía una serie de lesiones gravísimas e irreparables. Durante dos días, en el hospital Melchor Posse, dejaron que pase el tiempo para dibujar una muerte, lo estaban dejando morir. Mi hermano estaba quebrado en mil pedazos”, denunció el realizador Mariano Cohn.
En ese sentido, agregó: “Después de nueve años de investigación y de reunir pruebas pensamos que cuando Alejandro entró al hospital no se lo trató como paciente diabético, no se lo hidrató ni se le dio insulina, entonces mi hermano quedó a la deriva hasta que se dieron cuenta de que algo le estaba pasando. Él estaba convulsionado y ya había pasado tanto tiempo que se había quedado sin oxígeno en el cerebro, entonces cuando lo quisieron recuperar, hicieron todo mal. Cuando se dieron cuenta de que mi hermano se estaba muriendo o que ya estaba muerto, hicieron todo mal desde lo médico y lo humano”.
A la vez, la familia mantuvo una segunda hipótesis. “Pudo haber pasado que mi hermano entró a la guardia, que no lo atendieron, que no le suministraron el cuidado que necesitaba, que no se lo trató como diabético, que mi hermano tuvo la hipoxia y una vez que los médicos se dieron cuenta de la cagada que se mandaron, lo partieron en mil pedazos para simular que eso había sido un accidente de tránsito, que coincide con la comunicación que intentaron dar desde el municipio. O sea, el municipio se subió a la hipótesis de un accidente automovilístico, algo que quedó totalmente descartado en la causa judicial”, agrega el cineasta.
Por su parte, el abogado de los Cohn, Juan Carlos Garcia Dietze, sostuvo que “la fiscalía y nosotros creemos que hubo una tremenda cantidad de actos contrarios a las obligaciones que como médicos tenían. Alguien se entrega con su cuerpo para que se haga lo oportuno. En el caso de Alejandro, con un poco de azúcar o suero se resolvía y hoy nueve años después estamos diciendo que lo rompieron todo. Pero no creemos, al comienzo del debate, que alguien tuvo intención de matar, por el momento”.
El letrado se pregunta por los lapsos de la Justicia. “¿Por qué tardó tanto tiempo en llegar a juicio? Porque son causas complejas en nuestro poder judicial, hay muchas partes en juego. Nunca ha habido un caso como este en que nueve médicos hayan sido elevados a juicio imputados de homicidio culposo; en mis más de 40 años de carrera es la primera vez que lo veo”, señaló.
Los hechos
Según la instrucción penal de la fiscal Carolina Asprella, aquel sábado 27 de julio de 2015, Alejandro viajaba en moto y se dirigía hasta una cancha de fútbol donde iba a jugar con amigos. Luego comenzó a sentirse mal por una abrupta caída del azúcar.
La víctima fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital «Dr. Melchor Ángel Posse» de San Isidro, a donde ingresó consciente y respondió una serie de preguntas por protocolo, pero sin mostrar ninguna complicación.
Cuando sus padres llegaron pasadas las nueve de la noche se encontraron a Alejandro en una camilla de urgencias con ronquidos «muy fuertes» y, aunque su papá llamó a los médicos, el hombre fue atendido varias horas más tarde.
Tiempo después, el paciente apareció internado en terapia intensiva con golpes, una traqueotomía y bajo un coma inducido. Dos días después la familia solicitó su traslado al Hospital Italiano donde falleció tras la decisión de desconectarlo.
Con el informe obtenido, el jefe de terapia intensiva del Hospital Italiano realizó una denuncia por muerte dudosa y comenzó una investigación. La autopsia reveló una luxofractura de vértebra cervical con rotura de médula ósea, luxofractura de vértebra torácica, fractura de clavícula derecha y fractura de arcos laterales.
Un mes después de su muerte, el 26 de agosto de 2015, su padre presentó la denuncia en un juzgado penal. Por su parte, los acusados interpusieron distintos recursos planteando la nulidad de las actuaciones de las fiscalías, todas rechazadas por la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires. Recién después de cuatro años, el 17 de julio de 2019, se ordenó la elevación a juicio oral.
Durante la etapa de instrucción se allanó el hospital Melchor Posse y se comprobó que la historia clínica de Alejandro no tenía continuidad. La investigación demostró que había un gran vacío desde los estudios médicos hasta las imágenes de las cámaras de vigilancia. En el documento que confeccionado antes del traslado de un paciente, no están referenciadas las lesiones que luego sí se comprobaron en el Italiano.