El retroceso en materia de derechos humanos y de igualdad de género es uno de los aspectos fuertemente cuestionados al gobierno nacional, que se empecina en destruir todo lo generado en esos ámbitos: desde la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad hasta la disolución y cambio de estructura del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) ¿Cómo es, entonces, generar políticas de derechos humanos y de géneros en este contexto?
La Facultad de Ciencias Sociales de la UBA duplica el esfuerzo en tiempos difíciles para las universidades nacionales. «La nuestra es una comunidad fuertemente movilizada por los dos temas, tanto por las cuestiones de género como de derechos humanos. Nosotros hemos escuchado lo que nuestra comunidad ha planteado. No ha sido una imposición de la gestión, sino que hay una tradición de investigación, de intervención, de pensamiento sobre estas áreas. El esfuerzo de institucionalización, a diferencia de otros ámbitos, es más sencillo en nuestra comunidad», comenta en diálogo con Página/12 la decana Ana Arias.
Las políticas
La Secretaría de Géneros y Derechos Humanos de la facultad de Sociales está impulsando diversas políticas que no piensa abandonar, que tienen como objetivo propiciar una cultura institucional basada en el respeto, la igualdad y la promoción de derechos. Para ello, se propone construir un espacio de referencia en el ámbito de la Facultad para la erradicación de la violencia y la discriminación por género y/u orientación sexual; promover la inclusión de perspectivas de género en las carreras de grado, posgrados, cursos de formación y actividades de extensión; generar espacios y herramientas para la promoción de derechos sexuales y reproductivos; fomentar la celebración de convenios de intercambio, formación y transferencia en la materia con sindicatos, organizaciones sociales y agencias estatales; potenciar el trabajo de cooperación con otras Facultades de la UBA y universidades públicas en el desarrollo de políticas de género, e incidir en los debates públicos en materia de géneros y sexualidades desde un enfoque de derechos.
Una de las políticas implementadas es la Consejería de Salud Sexual Integral. En tiempos en que desde las altas esferas del poder político se ataca la ESI, se la descalifica y se proponen disparates como reemplazar la Educación Sexual Integral por la visualización del porno, la Consejería es un espacio abierto para estudiantes, graduados/as, trabajadores/as docentes y no docentes, investigadores/as y vecinos y vecinas de la Facultad, quienes pueden acercarse a buscar información y conversar, en un marco de confidencialidad y perspectiva de derechos, sobre diferentes temáticas. Algunas de ellas son las relacionadas con los métodos anticonceptivos y métodos de barrera, derechos sexuales y reproductivos, infecciones de transmisión sexual (ITS), interrupción legal del embarazo (ILE), menstruación, consentimiento en las relaciones sexuales, identidad de género, autoconocimiento sobre el propio cuerpo, y masturbación, auto placer y placer en las relaciones sexuales, y orgasmos.
Asistencia a la comunidad
Quienes tengan inquietudes o estén buscando un espacio donde conversar sobre sus derechos sexuales pueden ir los miércoles de 15 a 19 y los viernes de 10 a 13 a la oficina de planta baja de la sede de Santiago del Estero 1029, o bien contactarse a [email protected] para pautar una entrevista. Además, pueden retirar anticoncepción hormonal de emergencia (AHE), test de embarazo y preservativos. «También se generan eventos como el Festival Sociales Posithiva, La Kermesex del orgullo y otros talleres como, por ejemplo, la utilización de preservativos vaginales», explica la secretaria de Géneros y Derechos Humanos de Sociales, Malena Magnasco. «Es interesante porque es para todos los claustros. Por supuesto, estudiantes, pero también el claustro no docente. Y tiene demandas de la comunidad», completa Arias. A su vez, Sociales articula con Consejerías de otras organizaciones políticas y sociales del barrio de Constitución, donde está emplazada la sede principal de la Facultad.
En la Consejería hay también demandas para poder cambiar el género en el sistema de inscripción de las materias. «En la Facultad, se anotan por medio de un programa. En ese programa, están los datos de las personas, tal como figuran en el DNI. Hay demandas de cambiar en el programa por otro tipo de autopercepción de género», cuenta Arias. Magnasco también afirma que «no es necesario haber modificado el DNI para gestionar el cambio: la Facultad respeta la ley de Identidad de Género».
«Ya no tenemos ministerio»
«Algo para destacar en esta época es la cuestión de la institucionalización», plantea la secretaria de Géneros y Derechos Humanos de Sociales. «Hay una voluntad política de que se lleve a cabo la institucionalización del espacio, tanto de género como de derechos humanos como dos pilares no solamente de esta gestión, sino de la propia Facultad de Ciencias Sociales, que no es nuevo: se viene trabajando en ambos temas desde, incluso, su fundación. En otras latitudes, provincias y localidades están cerrando los espacios de género. Ni hablar a nivel nacional que ya no tenemos Ministerio. Algo para destacar de la Facultad de Ciencias Sociales es que se decida seguir adelante con estos tipos de políticas que buscan finalmente la igualdad de género y cerrar las brechas entre varones y mujeres y disidencias en nuestra sociedad», agrega Magnasco.
«Estamos todavía en un momento muy incierto porque las nuevas orientaciones políticas no han fraguado. O sea, no sabemos cómo se van a materializar. Lo que tenemos es más anuncios de desguace de lo anterior, que propuestas nuevas de intervención en este tema», explica la decana. Arias agrega: «Tenemos que seguir trabajando fuertemente con la Educación Sexual Integral (ESI) porque es lo que viene, no por defender el pasado de lo que se logró hacer, sino porque vamos a volver a necesitar una fuerte intervención en ESI y para eso tenemos que estar preparados. Es por el futuro que tenemos que seguir. Y Sociales en eso tiene que acumular experiencia, conocimiento, intervención, investigación y propuestas», subraya la decana.