El negacionismo no consiste únicamente en desmentir u ocultar lo que sucedió, lo que forma parte de nuestra memoria singular y colectiva, sino también en crear o utilizar palabras para desmembrar el pasado y el presente, destripar la historia hasta enmascararla en una nueva “historia oficial”. De eso sabíamos mucho los argentinos, el cine nacional es testimonio de ello.
Respecto de ese saber que como todo saber reprimido retorna y seguirá retornando, las feministas que ayer colmamos las plazas del país, empezando por la del Congreso, nos vamos a seguir ocupando. ¿Qué quiero decir? que nuestros saberes negados y reprimidos, también los ignorados aunque la realidad los exponga a cielo abierto, laten en carteles, hojitas de papel, en la carne y el cuerpo pintado de miles de mujeres que caminamos, bailamos y cantamos ayer. Nuestra historia viva está hecha de esos maravillosos carteles y saberes, pasan de mano en mano y de boca en boca. También de generación en generación.
Eso hacemos las mujeres: profanar los silencios y los mandatos, el destino asignado a nuestro género y a nuestros cuerpos, inventando filosas e ingeniosas resistencias. Es así, como alguna vez escribió en este mismo territorio Josefina Ludmer, haciendo referencia a las “tretas del débil” con las que Sor Juana Inés de la Cruz siglos atrás, e infinitas e incontables mujeres ayer y hoy, saboteamos censuras e impedimentos. Las «débiles» inventamos tretas que gozan de fortaleza y podemos cambiar la historia.
Las mujeres, y disidencias sexo-genéricas, hacemos con el saber, el poder y el decir, una distribución capaz de discutir las normas desigualantes, las que ya existían y las que siguen diseñando los planificadores de exterminios. El negacionismo, que es también nega-cinismo, tiene próceres de hierro y de sangre fría.
Pero ojo. Nosotras tenemos las calles.
Anónimas y prohibidas, las mujeres nos dimos nombre y cita en la plaza.
Vamos a seguir dándonos nombre, dándonos cita.
Somos mujeres y nos llamamos #feministas.
Donde Milei dice próceres léase: mujeres.